En el corazón de Aranda de Duero, en la provincia de Burgos, se encuentra Bodega Territorio Luthier, situada en el pintoresco Paraje La Rastrilla. Esta bodega, aunque relativamente joven, ha logrado captar la atención de los amantes del vino gracias a su enfoque innovador y su compromiso con las tradiciones ancestrales.
Una Experiencia Única en Todos los Sentidos
Desde el momento en que pones un pie en Bodega Territorio Luthier, te sumerges en una experiencia que va más allá de la simple cata de vinos. La visita guiada comienza con una charla introductoria que puede abarcar temas tan fascinantes como la astrofísica, creando un ambiente cultural y educativo. Los anfitriones, como Belén y Daniel, son expertos que comparten con pasión y detalle cada etapa del proceso de elaboración de sus vinos, desde la cosecha hasta el embotellado.
La bodega se distingue por su apuesta por el uso del roble español y el hormigón en lugar del acero, lo que aporta matices únicos a sus vinos. Han recuperado el clarete, un tipo de vino que está resurgiendo en Aranda de Duero.
Degustaciones y Sensaciones Inolvidables
Uno de los momentos más esperados de la visita es la cata de vinos guiada por expertos como Fer, el enólogo y propietario. Con un enfoque cercano y profesional, Fer logra transmitir su amor por el vino, haciendo que cada sorbo sea una experiencia sensorial única. Los visitantes tienen la oportunidad de degustar vinos elaborados con técnicas especiales, como el uso de tinajas de barro, que añaden matices sorprendentes a cada botella.
La bodega también ofrece un club exclusivo para los amantes del vino, donde se envían ediciones especiales con elaboraciones únicas. Esta iniciativa ha sido muy bien recibida por aquellos que buscan una experiencia vinícola más personalizada.
El ambiente en Bodega Territorio Luthier es acogedor y familiar, y los anfitriones hacen que todos se sientan como en casa. Incluso, algunos visitantes han comentado que se sintieron como si estuvieran visitando a viejos amigos. La combinación de tradición y modernidad, junto con la dedicación y el esmero en cada detalle, hacen de esta bodega una parada imprescindible para cualquier amante del vino.
La bodega es accesible para todos, con acceso y aparcamiento adaptado para sillas de ruedas, lo que garantiza que todos puedan disfrutar de esta experiencia sin inconvenientes.
Si estás en Aranda de Duero, no te pierdas la oportunidad de visitar este lugar mágico donde cada botella cuenta una historia y cada cata es una celebración de la vida.
