Bodega Vera de la Fuente es una joya oculta en la impresionante isla de Tenerife, ubicada en la dirección Unnamed Road, 38579, Santa Cruz de Tenerife. A pesar de su ubicación discreta, esta bodega es una visita obligada para todos los entusiastas del vino.
Una Experiencia Única de Cata de Vinos
Al llegar a Bodega Vera de la Fuente, los visitantes son recibidos por Iván, el apasionado anfitrión que hace de cada visita una experiencia memorable. Iván se encarga de mostrar el proceso de elaboración del vino, ofreciendo una cata de diversas variedades. Entre las opciones disponibles, se pueden degustar tres tipos de vino blanco y dos de tinto, cada uno con características únicas que deleitan el paladar. Aunque algunos puedan encontrar el tinto un poco fuerte, la mayoría de los visitantes lo disfrutan enormemente.
Además del vino, la bodega ofrece la oportunidad de probar su exquisito aceite de oliva, un complemento perfecto para la experiencia. La hospitalidad de Iván no termina ahí, ya que en ocasiones, su madre prepara una deliciosa comida casera que pone el broche de oro a la visita.
Una Hospitalidad Inigualable
Una de las características más destacadas de Bodega Vera de la Fuente es la hospitalidad de Iván y su familia. Los visitantes se sienten como en casa, gracias a la cálida bienvenida y la atención personalizada. Incluso aquellos que no dominan el español pueden disfrutar de la experiencia, ya que Iván se esfuerza en comunicarse en inglés y utilizar herramientas como Google Translate para asegurar que todos entiendan y disfruten de la visita.
En algunas ocasiones, Iván incluso se ofrece a llevar a los visitantes de regreso a su alojamiento, asegurándose de que lleguen con seguridad y comodidad. No es raro que los visitantes se lleven a casa no solo botellas de vino, sino también productos frescos como papas, calabazas y hierbas canarias, perfectos para una cena memorable.
El entorno también añade un toque especial a la visita. Situada en las alturas de Tenerife, la bodega ofrece vistas impresionantes y un ambiente tranquilo y relajante. Aunque es recomendable llamar antes de visitar, especialmente si se hace un viaje especial a la bodega, la espera vale cada segundo.
Con vinos exquisitos, una hospitalidad inigualable y un entorno pintoresco, esta bodega promete una experiencia única que deja a los visitantes deseando volver. ¿Quién podría resistirse?