Aprende a degustar el vino para venderlo mejor. La cata es someter un producto a análisis, buscar cualidades y defectos y expresarlo. No se necesita ningún don especial. Agudiza tu sensibilidad hacia los vinos.
Aprende a mirar el vino.
Un papel dominante.
Saborear bien el vino.
Metodología: Busca un fondo blanco que te permita evaluar el color.
Aspecto del vino: Un vino debe ser limpio, brillante y transparente.
Define el color: El color nos dará pistas sobre su edad y elaboración. Por ejemplo, el rojo vivo denota frescura y juventud, los tonos anaranjados y teja son signos de vejez.
Fluidez y consistencia: Se observa moviendo la copa rotatoriamente. Al detenerse, observarás la formación de gotas, llamadas “lágrimas”, a mayor número y una caída más lenta, será indicativo de más estructura y mayor grado de alcohol.
Efervescencia: Es el rasgo principal de los espumosos. Se suele valorar la cantidad y el tamaño de la burbuja y la persistencia de la espuma.
Aquí tenemos algunos ejemplos que podemos encontrar en un vino.
Primarios: Piensa primero en frutas, flores, vegetales, herbáceos... Estos aromas son los de la uva y suelen estar presentes siempre.
Secundarios: Puede que salgan aromas de la propia elaboración del vino. Aquí te vendrán a la memoria aromas, por ejemplo, a panadería, yogur, plátano, caramelo...
Terciarios: Los aromas de la crianza en barrica y/o botella. Recuerdos, por ejemplo, a regaliz, vainilla, café, cacao, tabaco, tinta, miel, almendras...
El vino a veces simplemente quita la sed, otras le prestas atención, lo saboreas y, sin darte cuenta, te despierta el interés, simplemente curiosidad.
Entrada: Es la primera sensación al probar el vino.
Paso del vino: Aquí volverán esos aromas en nariz, o incluso saldrá alguno nuevo.
Encuentra el equilibrio: Piensa en los cuatro sabores básicos: dulce, salado, amargo y ácido.
Persistencia: Es el recuerdo que te deja el vino al tomarlo.
Toma de contacto: Crea un clima favorable que haga que el cliente se sienta cómodo y a gusto.
Presentación de la carta: Entregar la carta de vinos a la vez que la de la comida. Se suele entregar al anfitrión de la reserva, o pregunta si es necesario.
Toma de comanda: Se ofrece aperitivo mientras se mira la carta. En cuanto a la bebida, normalmente se toma nota primero de la comida e inmediatamente después de la bebida, no al revés.
Consejos o sugerencias: Si el comensal pide ayuda, debes escuchar atentamente sus preferencias y luego ofrecerle varias opciones en base a la comida o al contexto (compañía, estación del año, familiar o negocios…). Explica brevemente el motivo de la recomendación. Si recomiendas algún vino desconocido o fuera de carta, muestra tu compromiso de retirarlo si no le gusta.
Mostrar la botella al cliente antes de abrirla.
Cortar la cápsula justo por debajo del gollete o cuello.
Clava bien la punta de la espiral del sacacorchos siempre en el centro del tapón. Al ir girando, atento para parar antes de que la punta traspase el corcho por completo.
Al extraer el tapón, hazlo suavemente. Antes de desenroscar el tapón del sacacorchos se olfateará para comprobar que no huele a corcho el vino.
Deja el corcho a la vista de los comensales.
Si se trata de una botella de espumoso, hay que sujetar firmemente la botella con una mano en posición ligeramente inclinada y cubrir el tapón con la otra. Éste se extraerá imprimiendo a la botella un movimiento de rotación lento para conseguir un afloramiento gradual del gas.
Los vinos deben estar servidos antes que llegue la comida.
Los vinos blancos, como pauta básica, siempre antes que los tintos.
Los tintos ligeros siempre antes que los vinos tintos fuertes.
El vino fresco, antes que los vinos a temperatura ambiente.
En cuanto al grado alcohólico, los vinos deben servirse de menor a mayor.
Los más puristas, recomiendan con cada plato, su vino.
Conviene beber agua entre vino y vino.
Los espumosos, su momento es doble, o como aperitivo, o de postre o sobremesa.
¿Sabías qué...?
La decantación es un proceso necesario para los vinos especialmente envejecidos.
El fin es exaltar los aromas mediante la oxigenación del vino y garantizar un mayor equilibrio gusto-olfativo.