El contacto con los clientes es parte de tu trabajo, ¡gánatelos! Lo emocional es lo que crea vínculos más fuertes y el vino, en muchas ocasiones, puede ser tu mejor aliado.
Un lugar, un viñedo, una familia, una historia, un entorno, un descubrimiento, una anécdota… cualquier detalle que esconda la marca puede sorprender y seducir a un consumidor.
Busca sintonía con cada uno de los clientes.
Una de las mejores armas para vender.
Será mayor partir de ese talento intuitivo.