Ubicada en un entorno singular, Encomienda de Cervera se erige como una bodega de renombre en la localidad de Almagro, en la provincia de Ciudad Real. Situada en la dirección CM-4111, 17, 13270 Almagro, esta bodega ofrece una experiencia única que combina historia, paisaje y una producción de vinos y aceites de altísima calidad.
Desde el primer momento, el visitante se siente como en casa gracias al trato cercano y profesional del equipo. Manuel, uno de los encargados, destaca por su paciencia y su habilidad para hacer que todos se sientan bienvenidos. Su don de gentes convierte la visita en algo ameno y educativo, incluso para aquellos que no son expertos en viticultura.
Un entorno singular y ecológico
La Encomienda de Cervera está ubicada en un paraje volcánico del macizo de Calatrava, lo que añade un valor paisajístico y geológico único. Se encuentra a tan solo un paso de la ciudad de Ciudad Real, haciendo que muchas veces no se aprecie el tesoro que tenemos tan cerca. Este entorno ha sido aprovechado al máximo, con un respeto absoluto por la naturaleza y una producción totalmente ecológica.
La bodega y la almazara datan de principios del siglo XX y han sido renovadas manteniendo los detalles de la época, lo que añade un toque de historia a la visita. El recorrido incluye un paseo por viñedos y olivos, donde se puede apreciar la variedad de tipos de vides y olivos, todos cultivados de manera ecológica.
Un viaje enológico inolvidable
La experiencia en la Encomienda de Cervera no se detiene en la producción de vinos y aceites. Las visitas guiadas, como las ofrecidas por el ingeniero agrónomo Paco Gómez, permiten a los visitantes adentrarse en la historia de la finca desde tiempos del rey Felipe II. Se ofrece la posibilidad de ascender al volcán en coches todo-terreno, donde Cele imparte magistrales clases sobre geología y su impacto en la calidad de los vinos.
La jornada culmina con una cata de vinos, destacando el rosado Maar de Cervera, uno de los mejores que muchos han probado. La experiencia se completa con una cena acompañada de vinos blancos y un póker de tempranillos que dejan un recuerdo inolvidable en el paladar.
No solo es recomendable, sino que es una parada obligada para cualquier amante del vino y de la buena gastronomía. ¿Te animas a descubrir este paraje singular?