Si estás planeando una escapada a Tarragona, no puedes dejar de visitar la Bodega Modernista – Catedral del Vino, situada en Carrer del Pilonet, 8, 43594 El Pinell de Brai. Este lugar no solo es una joya arquitectónica, sino también una experiencia inolvidable para los amantes del vino.
Un Edificio Modernista Impresionante
La **Bodega Modernista – Catedral del Vino** se destaca por su impresionante arquitectura modernista. Diseñada por un discípulo de Gaudí, esta bodega es una verdadera obra de arte que te dejará sin palabras. El edificio ha sido perfectamente conservado, manteniendo incluso la maquinaria original, lo que hace que la visita sea como un viaje en el tiempo.
Han incorporado elementos modernos como códigos QR que te guían a lo largo del recorrido. Esto permite que la visita sea **autoguiada**, dándote la libertad de explorar a tu propio ritmo y tomar todas las fotos que quieras. La experiencia está gamificada, lo que hace que la visita sea más interactiva y divertida.
Una Degustación de Vinos para Todos los Gustos
En cuanto a la **cata de vinos**, la bodega ofrece una selección de cuatro vinos diferentes: dos blancos, un tinto y un mistela. Aunque algunos visitantes han mencionado que les gustaría una mayor variedad de vinos tintos, la calidad de los vinos disponibles no decepciona. Desde vinos económicos hasta opciones más premium, hay algo para todos los presupuestos.
La degustación incluye una pequeña selección de embutidos y quesos, que complementan perfectamente los vinos. Sin embargo, algunos han señalado que la cantidad de comida es modesta. Aun así, la calidad de los productos es indiscutible, y es una excelente manera de disfrutar de una tarde en la bodega.
Si prefieres una experiencia más completa, puedes optar por el **pack tour y restaurante**, que incluye una visita guiada, una cata, un aperitivo y un menú degustación en el restaurante por aproximadamente 49,50€ por persona. Esta opción ha sido muy bien recibida por los visitantes y es altamente recomendable.
El personal es amigable y multilingüe, hablando español, catalán e inglés, lo que facilita la comunicación y enriquece la experiencia. Sin embargo, algunos visitantes han mencionado que el personal podría ser más proactivo en explicar los vinos y en animar a probar más opciones.
Aunque hay aspectos que podrían mejorar, la combinación de arquitectura, historia y buenos vinos hacen que la visita valga la pena. Así que, ¿por qué no planear una visita y descubrirlo por ti mismo?